
Por Francisco Tavárez
Mientras algunos empresarios todavía se niegan a pagar viáticos, horas extra o aplicar aumentos salariales justos, también hay quienes, del otro lado, enfrentan demandas abusivas de exempleados que buscan aprovecharse del sistema. La realidad laboral dominicana necesita algo más que parches: necesita equilibrio y reglas claras. Y eso es precisamente lo que propone la nueva reforma al Código de Trabajo.
La iniciativa, impulsada por el Poder Ejecutivo y ya con informe favorable de la Comisión Especial del Senado, introduce avances importantes:
Licencia por paternidad ampliada
Un día extra de vacaciones para empleados con más de tres años en una empresa
Regulación formal del teletrabajo
Y lo más debatido: mantener el respeto a la cesantía, sin dejarla indefinida ni sin protección.
Este paquete de medidas surge tras un proceso de consulta con los principales sectores: sindicatos, empleadores y expertos. No es una imposición unilateral. Es un intento serio de modernizar un sistema que ha quedado atrás frente a la nueva realidad laboral: trabajo remoto, nuevas formas de contratación, y una fuerza laboral más informada y exigente.
La reforma no busca favorecer a uno u otro lado, sino corregir los excesos en ambos extremos. Porque ni el trabajador debe ser explotado, ni el empleador extorsionado.
El país necesita reglas que protejan sin asfixiar, y que promuevan empleo digno sin castigar al que invierte. Ojalá el Congreso entienda que el verdadero progreso se construye con justicia laboral y confianza mutua.