jueves, junio 19, 2025
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Fiesta de Corpus Christi : Celebración de la presencia real del cuerpo y sangre de Cristo

El Corpus Christi es una fiesta de la Iglesia Católica en la cual se celebra el pan y el vino transformado en la eucaristía, el cuerpo y la sangre de Cristo de manera real y no simbólica mediante un proceso llevado a cabo por el ministro ordenado conocido como la transustanciación.

Esta fiesta se lleva a cabo el jueves que sigue al noveno domingo después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte. En algunos países esta fiesta ha sido trasladada al domingo siguiente para adaptarse al calendario laboral.

La celebración surgió en la Edad Media, cuando en 1208 la religiosa Juliana de Cornillon promueve la idea de celebrar una festividad en honor al Cuerpo y la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía.

Fue el obispo de Lieja, Roberto de Torote, quien, acogiéndose a su potestad para instituir fiestas en su diócesis, ordenó en 1246, que se celebrara la del Corpus Christi a partir del siguiente año, señalando para su celebración el jueves siguiente a la octava de Pentecostés. Todo esto quedó recogido documentalmente en Binterim. Así, se celebra por primera vez en 1247 en la diócesis de Lieja (Bélgica).

En un primer momento tuvo poco predicamento fuera de la propia Lieja, así, unos años después el cardenal Hubo de San Caro celebró la festividad en San Martín del Monte, predicando él mismo en la Misa Solemne, y además ordenó a todos sus obispos que celebraran la misma fiesta en sus diócesis respectivas.

Históricamente, se cree que este acto ocurrió el Jueves Santo, durante el desarrollo de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. Jesucristo convierte el pan en la representación de su cuerpo y el vino en la representación de su sangre, invitando a sus discípulos a que comieran y bebieran de él.

Es un acto que precede al santo sacrificio de Jesús en la cruz y, por lo tanto, venera su santidad como representante de Dios en la tierra.

La Comunión es recibir a Jesucristo sacramentado en la Eucaristía. La Iglesia Católica manda comulgar al menos una vez al año, en estado de gracia, y recomienda la Comunión frecuente. Es muy importante recibir la Primera Comunión cuando se llega al uso de razón, con la debida preparación.

El ayuno eucarístico consiste en abstenerse de tomar cualquier alimento o bebida, al menos desde una hora antes de la Comunión, a excepción del agua y medicinas. Los enfermos y sus asistentes pueden comulgar, aunque hayan tomado algo en la hora inmediatamente anterior.

La recepción de Jesucristo sacramentado bajo las especies de pan y vino en la sagrada Comunión significa y verifica el alimento espiritual del alma. Y así, en cuanto que en ella se da la gracia invisible bajo especies visibles, guarda razón de sacramento.

Jesús al instituir la Eucaristía le confiere intrínsecamente el valor sacramental pues a través de ella Él nos transmite su gracia, su presencia viva. Por ello, la Eucaristía es el más importante de los sacramentos, de donde salen y hacia el que van todos los demás, centro de la vida litúrgica, expresión y alimento de la comunión cristiana.