jueves, octubre 16, 2025
Salud

Estudio revela que los hijos heredarían gran parte de su inteligencia de la madre

Durante décadas los científicos han intentado comprender qué determina la inteligencia humana. Algunos factores son ambientales, como la educación o la estimulación temprana. Sin embargo, varios estudios señalan que la genética también cumple un papel importante. Lo interesante es que parte de esa herencia podría venir, en gran medida, de la madre.

La inteligencia heredada de la madre tiene respaldo genético

La idea de que los hijos heredan parte de su inteligencia de la madre no es nueva. Pero la ciencia ha empezado a respaldarla con datos concretos. Investigaciones en neurogenética encontraron que varios genes relacionados con la inteligencia se ubican en el cromosoma X. Como las mujeres poseen dos cromosomas X y los hombres solo uno, los hijos podrían recibir una carga genética más significativa de su madre en lo que respecta al desarrollo cognitivo.

Investigaciones en neurogenética realizadas en universidades europeas han analizado cómo ciertos genes maternos influyen en la formación del cerebro. Estudios publicados en Cerebral Cortex por investigadores de la Universidad de Cambridge mostraron que los genes heredados de la madre se expresan con mayor intensidad en áreas del cerebro vinculadas con la memoria, la planificación y el razonamiento.

Esa expresión genética podría explicar por qué algunas capacidades mentales tienden a parecerse entre madre e hijo. La forma de resolver problemas, la rapidez para aprender o la habilidad para recordar información muestran patrones similares. Aunque no se trata de una regla absoluta, los resultados fortalecen la teoría de la inteligencia heredada de la madre.

La inteligencia de la madre predice el desarrollo cognitivo infantil

Además de la genética, existen estudios que analizan la relación entre la inteligencia materna y el rendimiento de los hijos. Una investigación de la University of Washington evaluó a niños nacidos a término y prematuros para descubrir qué factores influían más en su desarrollo intelectual. Los resultados mostraron que la inteligencia de la madre era uno de los predictores más constantes del coeficiente intelectual y de las habilidades lingüísticas de los pequeños.

Incluso después de considerar el nivel educativo, el entorno familiar y las condiciones socioeconómicas, la correlación se mantuvo fuerte. Los investigadores señalaron que esto se debe a una combinación entre herencia genética y estimulación temprana. Las madres suelen ser las principales impulsoras del aprendizaje durante los primeros años de vida, etapa en la que se forman las bases del pensamiento.

El entorno también influye en la inteligencia heredada de la madre

Aunque la genética materna puede tener un papel importante, los científicos insisten en que el entorno y la educación son igual de decisivos. La nutrición, el acceso a la lectura, el sueño y la estabilidad emocional influyen directamente en el desarrollo mental.

Un entorno enriquecido puede potenciar la inteligencia heredada, mientras que la falta de estímulos puede limitar el potencial de cualquier persona, sin importar su carga genética. Por eso los expertos sostienen que la inteligencia es el resultado de la interacción entre lo que heredamos y lo que aprendemos.

Revisiones publicadas en revistas como Nature Genetics y Science Advances confirman que la inteligencia es un rasgo poligénico. Esto significa que depende de miles de genes de ambos padres. Algunos de esos genes se encuentran en el cromosoma X, lo que explicaría el rol materno más visible. Aun así, la influencia paterna también está presente en otros niveles del desarrollo cognitivo.

La mente, un legado que también se construye

A medida que avanza la investigación, los científicos descubren que la inteligencia no puede atribuirse a un solo origen. La inteligencia heredada de la madre puede representar una ventaja genética, pero no determina por completo el potencial intelectual de los hijos.

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La educación, la curiosidad, la nutrición y las experiencias de vida moldean el cerebro y fortalecen las conexiones neuronales. En otras palabras, los genes pueden abrir la puerta, pero el entorno decide hasta dónde se puede llegar.

Los expertos coinciden en que la inteligencia no solo se hereda, también se cultiva. Y si bien las madres pueden transmitir parte de ese legado mental, lo verdaderamente poderoso es el acompañamiento diario, la estimulación y el amor con el que ayudan a sus hijos a desarrollar todo su potencial.