martes, junio 17, 2025
Opinion

El sargazo como aliado del desarrollo sostenible

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El autor es comunicador. Reside en Nueva York

Por LUIS M. GUZMÁN

Cada año, las costas de la República Dominicana y del Caribe se ven afectadas por la llegada masiva de sargazo. Esta macroalga marrón, si bien es parte natural del ecosistema marino, se ha vuelto una plaga que amenaza al turismo, la pesca y la biodiversidad costera.

 Sin embargo, esta situación también ofrece una oportunidad: transformar el sargazo en un recurso económico sostenible para diversos sectores productivos del país.

El sector agrícola puede beneficiarse directamente del sargazo. Rico en potasio, calcio, magnesio y otros micronutrientes, este puede ser compostado o procesado en extractos líquidos para su aplicación en cultivos.

En Puerto Morelos, México, agricultores han empezado a usar compost de sargazo para huertos locales con buenos resultados, mejorando la retención de humedad en los suelos y reduciendo el uso de fertilizantes químicos.

Estudios realizados por la Universidad Autónoma de Yucatán han demostrado que el sargazo, adecuadamente tratado para eliminar metales pesados y salinidad, puede ser incorporado en dietas de rumiantes como vacas y cabras en proporciones seguras.

En algunas fincas ganaderas de Campeche, se ha probado como suplemento alimenticio con resultados positivos en la digestión animal y reducción de costos.

Otra aplicación prometedora es la generación de biogás mediante la fermentación anaerobia del sargazo. En Quintana Roo, el Instituto Tecnológico de Chetumal ha desarrollado biodigestores experimentales que producen metano a partir del sargazo recolectado en las playas, demostrando viabilidad técnica para pequeños centros de energía comunitaria.

El sargazo también puede utilizarse como componente para fabricar bloques ecológicos, paneles aislantes y compuestos con cemento. La empresa mexicana «SargaBlock» ha creado ladrillos a base de sargazo con propiedades térmicas y estructurales óptimas. Además, estos materiales son más ligeros y requieren menos energía para su producción que los convencionales.

La industria cosmética puede extraer del sargazo polisacáridos, antioxidantes y vitaminas con beneficios dermatológicos. Empresas como “The Sargasso Co.” en Barbados ya fabrican jabones, cremas y mascarillas a base de extractos de sargazo, con aceptación en mercados ecológicos por sus propiedades naturales y su contribución a la limpieza marina.

Experimentos

El sargazo puede secarse y usarse para fabricar papel artesanal, cartón reciclado o fibras textiles ecológicas. En República Dominicana, estudiantes del Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA) han experimentado con la creación de papel ecológico utilizando sargazo y bagazo de caña, con fines educativos y comerciales.

Promover espacios de aprendizaje ambiental sobre el sargazo puede fortalecer el ecoturismo. En San Andrés (Colombia), existen centros de interpretación marina que explican el fenómeno del sargazo e involucran a los turistas en jornadas de recolección y reciclaje. En República Dominicana, programas como EcoMar han comenzado a incluir actividades de monitoreo comunitario.

Aprovechar el sargazo impulsa una economía circular donde los residuos marinos se revalorizan en productos de alto impacto local. Esto favorece especialmente a comunidades pesqueras, cooperativas rurales y emprendedores que buscan alternativas sostenibles. El proyecto piloto en Boca Chica, apoyado por el PNUD, ha buscado desarrollar microempresas que procesen sargazo con enfoque local.

Para escalar estas iniciativas, se necesitan alianzas entre el gobierno, universidades y el sector privado. Programas de investigación aplicada como el desarrollado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han generado modelos replicables de aprovechamiento del sargazo que pueden adaptarse a contextos caribeños.

El Estado puede jugar un rol activo al ofrecer incentivos fiscales, crear marcos normativos claros y apoyar con capacitación técnica a comunidades costeras. En República Dominicana, se propone que el Ministerio de Medio Ambiente y ProDominicana integren una ruta de apoyo a emprendimientos verdes que utilicen sargazo como insumo primario.

Si se aborda con visión estratégica, el sargazo puede transformarse de una crisis costera a una fuente de innovación productiva. La República Dominicana, con su biodiversidad y capital humano, está en posición de liderar un modelo de aprovechamiento que inspire al Caribe y al mundo. Transformar el problema en oportunidad está en nuestras manos.

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