miércoles, noviembre 12, 2025
Opinion

Democracia, ignorancia y desinformación 

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EL AUTOR es periodista y abogado. Reside en Santo Domingo.

Como he dicho muchas veces, no me gusta la democracia representativa que surgió durante la revolución francesa de 1798, no creo en ella, porque en todos esos años, incluso mucho antes, cuando el filósofo griego Aristóteles, la definió, no ha resuelto uno solo de los problemas de la humanidad, al contrario, los ha agravado, produciendo los mayores crímenes y saqueos en todo el planeta, desde Asia, África hasta América, aniquilando  y esclavizando a millones de seres humanos en nombre de la religión, que sigue siendo el opio de los pueblos”, de la justicia, la libertad y la propia democracia.

La democracia, que le da derechos a todos los ciudadanos, al mismo tiempo se los quita, incluyendo los fundamentales, consagrados en la Declaración de los Derechos Humanos y en casi todas las constituciones del mundo. Si se respetaran los derechos fundamentales, no existiría, la explotación del hombre por el hombre mismo, ni la pobreza y la marginalidad que afecta a cientos de miles de millones de personas.

Hablo, probablemente, de tiempos lejanos, pero yo, “olvido, pero no perdono”. La mal llamada democracia ahora, con el surgimiento de la Internet, el móvil o celular, que ha desplazado la televisión, el cine, el teléfono de los hogares, las oficinas públicas y privadas, de las calles,  para darle paso a las redes sociales y las plataformas digitales, dándole “contenido a lo que no tiene contenido” (alimento chatarra para el cerebro de los descerebrados) por individuos sin educación ni cultura, en su mayoría, que promueven los más bajos institutos de la población de escasa educación, embruteciéndolos y enajenándolos quitándoles su capacidad de pensar y ver su entorno de manera crítica para descubrir la verdad de su pobre y patética realidad social.

Peligro

El doctor Guido Gómez Mazara ha dicho que casi el 70% de las informaciones que se difunden en las redes son falsas y que más del 70% reproduce esos contenidos. Estamos pues, ante una población, la más baja culturalmente, la más pobre y marginal educativamente, sin capacidad para discernir entre una mentira y un engaño, mucho menos ahora con el uso, muchas veces perverso, de la Inteligencia Artificial, (IA) que no permite distinguir una mentira de una verdad, una imagen falsa de una verdadera, la voz del presidente Luis Abinader, de la voz   de un impostor que lo imita a la perfección.

La IA es un peligro para la humanidad. El famoso físico cosmólogo inglés, ya fallecido, Stephen Hawking llegó a decir no solo que la IA era un error de la humanidad, sino que probablemente sería el último.

¡Y le creo! La IA, la robótica, junto con los últimos avances exponenciales de la física cuántica, amenazan la humanidad, si es que antes una guerra nuclear de las potencias o un meteorito gigantesco u cualquier otro desastre natural fruto del cambio nuclear no destruye el planeta antes.

Hace unos días, el Instituto Nacional Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL) y la Universidad Iberoamericana (Unible) organizaron una actividad magistral que lamento no se grabara, con los intelectuales doctor Andrés, L. Mateo, doctora Rosario Espinal y el periodista español, intelectual, autor de obras muy importantes, que ha obtenido varios doctorados “Honoris Causa” de distintas universidades, Ignacio Ramonet, brillante, lúcido, con un gran dominio del tema de las comunicaciones.

Todos los participantes citaron al famoso escritor coreano Byung-Chul Han, autor de libros muy importantes que todos debemos leer como La Infogracia y la Sociedad del Cansancio, que tuvo a bien regalarme el brillante joven Darian Vargas.

Se permitieron cinco preguntas, yo hice la primera: “Qué pasará con la humanidad en un futuro no tan lejano con el avance vertiginoso de la Inteligencia Artificial, la robótica, la física cuántica, etc.?

Hoy el planeta tiene más de 8 mil millones de habitantes. La calidad de vida y el envejecimiento o longevidad es mayor cada vez. Millones de personas pierden sus empleos todos los años. Las principales profesiones están desapareciendo o sustituidas por otras. Las máquinas desplazan a los trabajadores. El crecimiento de las máquinas es exponencial.

Las maquinas se reparan a sí mismas, no piden regalías, cesantías, no paren, no les da la menstruación, no reclaman vacaciones para irse a un resort, ni tienen familia. ¿Hacia dónde vamos en 50, 100 o 200 años? ¡No lo sabemos en realidad!

La respuesta de Ramonet fue filosófica. No creo que tuviera una respuesta esperanzadora, ni satisfactoria.

jpm-am

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