La inversión pública siempre es vista como un motor clave para el crecimiento económico, la mejora de la calidad de vida y la materialización de demandas ciudadanas en salud, educación y agua, conforme sostienen el Banco Central y el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo (MEPyD).
La inversión pública es la utilización del dinero recaudado en impuestos por el Gobierno para reinvertirlo en beneficios dirigidos a la población que atiende, representada en obras, infraestructura, servicios y desarrollo de proyectos.
Una adecuada gestión de la inversión pública permite reducir las brechas en infraestructura de servicios públicos, logrando impactos positivos para el desarrollo del país.
La inversión pública en República Dominicana, muestra una tendencia de cifras elevadas, con picos históricos en 2024 pero con ligeras variaciones en 2025, enfocándose en infraestructuras y servicios básicos, aunque con debates sobre eficiencia, priorización y fortalecimiento de la planificación.
El pasado año de 2024 el gasto de capital fue de apenas unos RD$115,000 millones.
Las inversiones a largo plazo han experimentado un retraso en la ejecución del presupuesto de 2025 por causas justificadas.
Hasta el pasado 12 de diciembre de 2025 se había ejecutado el 80% a pesar de un incremento en el presupuesto reformulado de 2025, enfocándose los recursos en infraestructura clave como Obras Públicas y Vivienda.

Se insiste que el gasto de capital o inversión pública debe aumentarse en relación al gasto corriente y el servicio de la deuda, a la luz de la ley de responsabilidad fiscal.
Sin lugar a dudas en el presente año 2025, el Gobierno ha enfrentado dificultades internas y externas para cumplir con la ejecución del gasto de capital ya que se ha visto obligado a destinar más dinero al gasto corriente debido al incremento de las demandas de más servicios públicos y, las bajas recaudaciones provocadas por las crisis arancelarias, comerciales y financiera.
Así también, por las conflagraciones bélicas internacionales que han presionado el aumento de los precios, baja demanda y por supuesto incremento del costo de producción, debido al aumento de los precios de las materias primas y el aumento del costo de capital.
El optimismo inicial se transformó en pesimismo generalizado a medida que los países enfrentan la desaceleración del crecimiento global, las tensiones geopolíticas, la incertidumbre normativa, las mayores fricciones comerciales y la deuda persistente.
Las economías en desarrollo por tercer año, han tenido que pagar un monto mayor por concepto de servicio de la deuda de lo que recibieron en nuevo financiamiento y, las salidas de deuda alcanzaron el nivel más alto de los últimos 50 años.
Todo lo anterior ha llevado al país a un aumento de los gastos públicos, específicamente corrientes, arrojando déficit financiero lo que obliga a las autoridades a incrementar el endeudamiento para poder satisfacer las necesidades crecientes de los dominicanos, por lo que se impone ya la aplicación de una reforma fiscal integral que incremente los ingresos y mejore la calidad del gasto público.
En el mes de agosto de 2025, se presentó una modificación presupuestaria para aumentar el gasto de capital en RD$35,548 millones, priorizando entidades como Obras Públicas, Vivienda, Servicio Nacional de Salud (SNS) e INAPA, aumentando el presupuesto de gasto de capital a unos RD$216,275 millones.
Al 17 del presente mes de diciembre de 2025, el gasto de capital ascendió a RD176,180 millones, equivale a 2.17% del PIB
Del monto total presupuestado quedan por ejecutarse unos RD$40,095 millones para inversión pública.
Se estima que el total de los gastos de capital alcancen a final del año 2025 unos RD$200,000 millones o un 2.41% del PIB.
No se puede dudar que la administración Abinader se ha empleado a fondo para lograr la ejecución de un mayor gasto de capital pero la serie de crisis y turbulencias económicas, que incluye desde conflictos en curso e incertidumbres económicas hasta eventos climáticos catastróficos que han puesto a prueba al país y al resto del mundo.
Situación que ha tenido un impacto negativo directo en las finanzas públicas y la economía en general, impidiéndole cumplir con las metas, objetivos, misión y visión del gobierno, así también impidiéndole ejecutar el gasto de capital presupuestado, a pesar de que las inversiones a largo plazo son las garantes de activar la economía.
Es fácil teorizar pero la realidad es otra, pues como decía el mayor líder de masas de América Latina, José Francisco Peña Gómez, “primero es la gente”.
Obras necesarias
A pesar de los escollos el presidente Abinader no deja de darle seguimiento a las obras de agua y construcciones y, no deja una sola semana de inaugurar dos o más obras en las distintas comunidades del país. Sin lugar a dudas se ha ganado el nombre de: sembrador de obras necesarias en todo el territorio nacional y, no de obras de relumbrón o vanidosas o innecesarias.
No es un secreto que el gasto de capital es el motor de una economía, creador de valor, consciente de ello para el próximo año 2026 el gasto de capital será casi igual al del presente año, ascendiendo a unos RD$215,284.7 millones lo que representa un 2.5% del PIB.
De manera, que la administración Abinader ha hecho de tripa corazón para llevar a cabo el programa de realizaciones planificadas, no obstante el sinnúmero de dificultades con las cuales ha tenido que lidiar desde la primera gestión de gobierno 2020-2024, con la ya conocida pandemia Covid-19, pero a la hora de criticar dicho gobierno nada de esto se toma en cuenta.
La resiliencia que han exhibido las dos gestiones de gobierno del presidente Abinader, ha sido extraordinaria, pues se podría pensar que ha sido arte de magia, pero no, el éxito de sus realizaciones han sido el resultado de la capacidad de gestión que ha desarrollado la administración Abinader, sin que el país haya toque fondo.
La lucha ha sido titánica, a pesar de los pesares, las estadísticas y los actuales guarismos económicos y financieros muestran que la economía dominicana transita por senderos seguros, con calificaciones sobresalientes, esperándose que el crecimiento económico 2025 rondará del 2.5% al 3% del PIB.
felix.felixsantana.
jpm-am
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