
Redacción.- Al menos 4,5 millones de niños y niñas menores de cinco años podrían morir de aquí a 2030 debido a los drásticos recortes en la ayuda al desarrollo, según la Unicef en su Informe sobre el Estado Mundial de la Infancia publicado este jueves.
La entidad advirtió que cada pérdida representa una tragedia familiar y una pérdida de potencial humano, y señaló que la ralentización económica en muchos países en desarrollo amenaza su capacidad para combatir la pobreza y fortalecer los servicios públicos dirigidos a la niñez.
Unicef también prevé que la ayuda destinada a educación caerá al menos un 25 % para 2026, lo que pondrá en riesgo la escolaridad de seis millones de niños.
Uno de cada cinco niños vive en pobreza
El informe revela que uno de cada cinco niños y niñas —más de 412 millones— vive en pobreza monetaria, lo que afecta su salud, desarrollo, aprendizaje y oportunidades futuras. La pobreza deja secuelas que se extienden hasta la adultez, reduciendo la esperanza de vida y aumentando los riesgos de ansiedad y depresión.
Conflictos, clima y falta de financiación agravan la crisis
La organización detalla que la mitad de los niños que viven en zonas de conflicto padecen pobreza extrema, frente al 11,4 % de quienes no viven en guerra. Entre 2014 y 2024, la pobreza monetaria extrema en contextos frágiles subió del 46 % al 50,2 %.
La crisis climática también influye: cuatro de cada cinco niños enfrentan anualmente un riesgo climático extremo, como olas de calor, inundaciones o sequías. En 2024, 242 millones de menores —uno de cada siete— tuvieron que interrumpir su educación por efectos climáticos.
Además, la falta de financiación limita la capacidad de muchos países para invertir en la infancia: los países menos adelantados reciben menos del 5 % de la inversión extranjera directa destinada al mundo en desarrollo.
Factores como vivir en zonas rurales (donde reside el 79 % de los niños en pobreza extrema) o tener padres sin estudios, elevan significativamente el riesgo.
Unicef insiste: aún es posible erradicar la pobreza infantil
La organización afirma que es posible poner fin a la pobreza infantil si se convierte en prioridad nacional, se fortalecen las políticas macroeconómicas, se amplía la protección social, se garantiza el acceso a servicios públicos de calidad y se promueve el trabajo digno.