
Santo Domingo. -La Sociedad Dominicana de Infectología (SDI) externó su inquietud después de que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) corroborara la “pérdida del estatus de región libre de sarampión en las Américas”.
Ante la situación, la SDI hizo un llamado a las autoridades sanitarias, médicos y la población dominicana a redoblar los esfuerzos para prevenir casos y proteger los “logros alcanzados” por Salud Pública.
El aviso surgió debido a un rebrote de casos de la enfermedad en Canadá.
“Este hecho representa un retroceso sanitario histórico que alerta sobre las brechas en inmunización y vigilancia epidemiológica, y que pone en riesgo directo a toda la región, incluyendo a países como la República Dominicana que, hasta el momento, no presentan transmisión endémica y aún mantienen estatus libre de sarampión, con una tasa vacunal para la primera dosis del 95%”, expresó la entidad por medio de un comunicado.
La SDI define al sarampión como una de las enfermedades más altamente contagiosas que existen. Una sola persona infectada puede transmitir el virus a entre 16 y 18 personas susceptibles si no están inmunizadas.
Indicó que, además de su elevada transmisibilidad, el sarampión puede causar complicaciones graves como neumonía, encefalitis e incluso la muerte, especialmente en niños menores de cinco años y en personas no vacunadas.
También explicó que algunos países de la región pueden estar en riesgo de brotes si las coberturas de las vacunas están por debajo del 95 por ciento, si hay movimientos migratorios y si hay desinformación sobre las vacunas.
Asimismo, recomendó mantener y verificar las coberturas de vacunas iguales o superiores al 95%, especialmente en la segunda dosis de la vacuna triple viral (SRP/MMR).
Recordó que una sola dosis no es suficiente para evitar la enfermedad.
También sugirió identificar y cerrar brechas de vacunación en comunidades vulnerables, zonas rurales y poblaciones migrantes.
Así también reforzar la vigilancia epidemiológica activa para detectar y confirmar casos sospechosos de sarampión con oportunidad diagnóstica y de laboratorio.
La SDI también recomendó crear planes de respuesta rápida ante brotes con vacunación y seguimiento; combatir la desinformación mediante campañas de comunicación pública.
Señaló que el sarampión fue eliminado de las Américas gracias a la ciencia, la cooperación y la vacunación, por lo que “no podemos permitir que la desinformación y la complacencia reviertan décadas de avances”. Vacunar es proteger, no solo a nuestros niños, sino al futuro de la salud pública en la región”, aseguró.
El sarampión es una enfermedad febril, contagiosa y muchas veces epidémica, que se previene mediante vacunación.
Se manifiesta por multitud de manchas pequeñas y rojas y que va precedida y acompañada de lagrimeo, estornudo, tos y otros síntomas catarrales.
Los síntomas iniciales consisten en fiebre alta, rinorrea, inyección conjuntival y pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla. Varios días después aparecen manchas en la piel que comienzan en la cara y cuello, y se van extendiendo gradualmente al resto del cuerpo.
No hay tratamiento específico para el sarampión, y la mayoría de los pacientes se recuperan en 2 o 3 semanas.
De acuerdo al informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al 7 de noviembre de 2025, se han notificado 12,593 casos confirmados de sarampión en diez países (aproximadamente el 95% de los casos de la región se concentran en Canadá, México y Estados Unidos), lo que supone un aumento de 30 veces en comparación con 2024.
Además, se han registrado 28 defunciones: 23 en México, tres en Estados Unidos y dos en Canadá.
En Canadá, México, Estados Unidos, Bolivia, Brasil, Paraguay y Belice persisten brotes activos, la mayoría asociados a casos importados.
La transmisión ha afectado principalmente a comunidades con baja cobertura de vacunación; el 89% de los casos corresponde a personas no vacunadas o con estado vacunal desconocido. Los niños menores de 1 año son el grupo más afectado, seguido por los de 1 a 4 años.
El brote de sarampión en Canadá comenzó en octubre de 2024 en la provincia de New Brunswick y desde entonces se ha extendido por todo el país, con más de 5,009 casos confirmados. Aunque están disminuyendo, la transmisión continúa en Alberta, Columbia Británica, Manitoba y Saskatchewan.