miércoles, noviembre 12, 2025
Economicas

El Protágoras de la Deuda Externa (OPINION)

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El autor es un ex canciller de la República y actual presidente de la Fundación Joaquín Balaguer. Reside en Santo Domingo.

Recientemente, en varios artículos gustosamente publicados en un medio de comunicación, un periodista ha presentado varios escritos con el aberrante epígrafe de ¨Joaquín Balaguer, campeón de la deuda externa¨. Esa execrable y repugnante afirmación me ha traído a la memoria a los sofistas, ´maestros de la mentira´, porque defendían ideas falsas como si fueran verdaderas.

Platón fue más lejos en sus Diálogos tildándolos de mentirosos hábiles, que fabricaban apariencias de verdad, pues su fin era la persuasión, aunque pereciera la verdad. Al fin y al cabo, a esas personas, agregamos nosotros, solo les interesa ganar el debate, aún a costa de la verdad. Estas afirmaciones de Platón sobre los sofistas las podrá encontrar el lector en varios Diálogos, especialmente en el que se refiere al sofista que da nombre al título de este artículo.

El autor miente, porque la mentira es expresar lo contrario a la verdad con la intención clara y explícita de engañar, algo moralmente inaceptable para Inmanuel Kant. La mentira se conforma con tres elementos: falsedad del contenido., conocimiento de la falsedad, es decir el mentiroso sabe que es falso lo que afirma., y la intención de engañar, de inducir al otro a cometer el error de creer la mentira.

Aún los más apasionados contrincantes del presidente Balaguer le reconocen su prudencia en el tema del endeudamiento público. Era una aversión fundamentada en las consecuencias funestas que trajo al país el abuso del endeudamiento externo de los gobiernos anteriores. No olvidemos que las aduanas de la República fueron tomadas primero y después, en 1916, fue invadida la República.

Joaquín Balaguer, conocedor como pocos de nuestra historia, abjuró de los préstamos, y solo utilizó los que eran imprescindibles, siempre para obras reproductivas que se pagaban ellas mismas.

Hechas estas necesarias aclaraciones, procedo a poner en el artículo una gráfica del endeudamiento externo global desde 1968 hasta 1996. La misma se encuentra en un estudio realizado por la firma Empírica a solicitud nuestra, elaborado con datos del Banco Central.

Aunque la gráfica se explica por sí misma, es bueno resaltar el   resumen: Entre el 1966-1978 la Deuda Pública Externa creció un 533.8%, equivalente a 831.6 millones de US$. Entre el 1978-1986, no era Joaquín Balaguer el presidente, la Deuda Pública Externa creció un 272.4%, equivalente a US$2,699.6 millones. Entre el 1986-1996, vuelve el presidente Balaguer, la Deuda Pública creció un 3.4%, equivalente a US120.31 millones.

Iniciamos con 155.8 millones de US$ y terminamos con 3807.6 millones de US$. En puridad, hay 1700 millones entre 1978 y 1986 que no son atribuibles a las gestiones del doctor Balaguer, pero vamos a asumirlos.

En el examen de este mínimo endeudamiento en 30 años, lo importante es el país que recibió el doctor Balaguer en 1966 y el que entregó a su salida del poder en 1996.

El 1ro de julio de 1966 al presidente Balaguer se le entrega una nación dividida, un país física y moralmente en ruinas, donde los salarios de los empleados de la administración pública los pagaba la Organización de Estados Americanos. Ese mismo día al juramentarse como presidente de la República, el doctor Balaguer proclamó una severa ley de austeridad y el cierre de los aserraderos. Al finalizar julio, el gobierno central comenzó a pagarle a los empleados de la administración pública. Dio inicio a un modesto plan de construcción de obras de infraestructura y fomentó la aprobación de proyectos de ley importantes para el desarrollo del país, como las Leyes de Incentivo Industrial, la creación de la Zona Industrial de Herrera y las leyes de Zonas Francas.

Comenzaron a florecer las avenidas como la Lincoln, la Kennedy, la 27 de Febrero, la Churchill; el parque Mirador Sur; Jardín Botánico, el Zoológico; El Centro Olímpico Juan Pablo Duarte; La Plaza de la Cultura y sus museos; La Biblioteca Nacional; la restauración de la Zona Colonial, complejos habitacionales para personas de escasos recursos y para la clase media: carreteras, caminos vecinales; Presas y represas, como Taveras, Sabana Yegua, Hatillo, Rincón, Jiguey y Aguacate, Valdesia y el acueducto de Santo Domingo; la remodelación de Samaná, la extensión de la autopista Duarte, el circuito del Lago Enriquillo, Barahona a Pedernales; Reforma Tributaria, Fiscal y Arancelaria, Ley de Servicio Civil y Carrera Administrativa, Código de Trabajo, aeropuertos y puertos, el Acuario Nacional, el teleférico y el malecón de Puerto Plata, y una enorme cantidad de obras adicionales, en su inmensa mayoría obras reproductivas que se pagaban ellas mismas. No existían déficits presupuestarios y se dedicaba el 60 por ciento a inversión y el 40 por ciento a gastos corrientes.

Ese es el saldo a favor del pueblo dominicano de las gestiones de gobierno del presidente Balaguer, propiamente dicho en 22 años y con solo 3807.3millones de US$ de deuda. Invito a que cada quien establezca sus comparaciones con otras administraciones con mejores ingresos y mayor endeudamiento, en términos de edificación de obras como las presas, represas; Plazas de la Cultura; Centro Olímpicos Juan Pablo Duarte; Puentes; Aeropuertos; carreteras; edificaciones para las clases más necesitadas, como el proyecto Villa Isabela; Parques como el Mirador, Sur, Norte y Este; Reforma Tributaria, Fiscal y del gasto; construcciones de aulas, politécnicos, para solo citar algunas de las obras realizadas por el doctor Balaguer, con ahorro interno.

Culmino el tema de la deuda, recordando lo siguiente: Desde 1996, con 3807.3 millones de US$ de deuda pública, al 2025, es decir 29 años después, la Deuda Pública Global asciende a la suma de casi 60,000 millones de US$.

El escritor debe tratar de ser objetivo y aferrarse a la verdad. El hecho cierto y comprobado es que, a Joaquín Balaguer, como estadista, le repugnaba el endeudamiento externo y consideraba su utilización como una forma de menoscabar la soberanía de la nación, para ponerla en manos de organismos internacionales

Esas manipulaciones periodisticas, evidencias de perturbaciones y mediocridad, me traen a la memoria un hecho narrado por la fina, culta y experimentada pluma de Francois-René de Chateaubriand, en sus ¨Memorias de ultratumba¨, al referirse a Guinguené, autor de la obra teatral ¨La confesión de Zulma¨, quien tras el Terror y después de muchas vicisitudes logró una embajada cerca de uno de esos reyes a quienes se despojaba de la corona.

A monsieur de Talleyrand le escribía desde Turín que había vencido un prejuicio: había logrado que su mujer fuera recibida en la corte en batín corto. Tras pasar de la mediocridad a la importancia, de la importancia a la necedad y de la necedad al ridículo, acabó sus días de escritor, como crítico, terminando como escritor independiente: la naturaleza lo devolvió al sitio del que inoportunamente la sociedad lo había sacado.

sp-am

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