
Por Yolanda Urbano
SANTO DOMINGO.- En los polvorientos alrededores del sector Los Cocos de Hato Nuevo, bajo un sol que parece no dar tregua, camina una mujer de pasos lentos y mirada cansada.
Ana María es madre de mellizos, Yokasta y Joan Manuel Gómez, ambos de 32 años. Nacieron con una condición especial que nunca fue diagnosticada.
Desde el primer día, la vida los puso a prueba: sus cuerpos y sus mentes no se desarrollaron como los demás, y el acceso a atención médica jamás llegó.
Los hijos de Ana María nunca fueron a la escuela. No conocen las letras ni los números, pero sí conocen el rostro del hambre y el peso del abandono.
Ana María cuenta que ha ido muchas veces a los Hospitales para que le den un diagnóstico de sus hijos, pero las puertas se le han cerrado una y otra vez.
Sin ayuda, sin ingresos fijos y sin fuerzas, esta madre envejeciente lucha cada día por darles algo de comer a sus hijos.
Hubo un tiempo, dice que la desesperación la llevó a pensar en quitarse la vida junto a ellos.
Hoy Ana, sueña con recibir una pensión solidaria y le hace un llamado al director ejecutivo del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE), Demetrio Antonio Vicente Ureña, que le permita alimentar y cuidar a sus hijos.
Si desea colaborar con esta causa, o con ropas para sus hijos puede hacerlo a través del número que aparece en pantalla, (829) 901-2771 No sabe leer ni escribir; solo escucha notas de voz o llamadas.