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Preocupación ciudadana por la presencia de personas con problemas mentales y delincuentes disfrazados en elevado de Gómez con Ovando

Por : Mireya Ventura

SANTO DOMINGO.-Bajo el elevado de la concurrida intersección de las avenidas Gómez y Ovando, ciudadanos y trabajadores del área expresan su creciente preocupación por la presencia constante de personas con aparentes trastornos mentales. Según testimonios recogidos por este medio, la situación no solo ha generado incomodidad por los malos olores y la obstrucción del paso peatonal, sino también temor por la inseguridad, ya que algunos alegan que delincuentes se hacen pasar por enfermos mentales para cometer actos delictivos.

«Ahí debajo amanece lleno, en la tarde y en la mañana no se puede ni pasar bien. Hay gente que cae en depresión, sí, pero también hay tigres que se disfrazan y atracan en la noche», comenta uno de los entrevistados que labora en la zona.

Entre los testimonios destaca el llamado de varios ciudadanos a que el Estado actúe con urgencia, no solo para despejar el lugar, sino también para brindar soluciones humanas y estructurales a la problemática. Se sugieren desde centros de rehabilitación hasta la creación de fundaciones que atiendan a personas con enfermedades mentales, muchas de las cuales viven en condiciones de abandono y sin acceso a servicios básicos.

«Yo entiendo que el gobierno debía hacer algo, hacer una casa por ahí para ver si son personas que aparentemente no tienen familia», expresó Ramiro, un transeúnte habitual del área, quien también resaltó que algunas personas religiosas se han solidarizado llevando comida a quienes pernoctan en el lugar.

En contraste, otra voz recogida —de alguien que afirma haber vivido una vida delictiva— describe de manera confusa y entre palabras entrecortadas un llamado a que los recursos sean mejor utilizados. Propone que quienes viven en las calles sean integrados a proyectos de trabajo o educación, afirmando que muchos están ahí por necesidad, pero también por la falta de acción del sistema.

“Que los lleven a trabajar en agricultura, a estudiar con maestros, que sean gente… porque ahora no tienen nada”, exclamó, haciendo una crítica directa a las desigualdades y la aparente impunidad de quienes, según él, “tienen finca y son ricos, pero nunca caen presos”.

Mientras tanto, la comunidad exige respuestas. La situación ha convertido el paso peatonal en un entorno insalubre y tenso, donde la mezcla de abandono social, pobreza, enfermedades mentales y posible delincuencia representa un foco de alerta para las autoridades.

“Ellos no quisieran estar así, pero el sistema no ayuda”, dijo una joven que pidió anonimato, resumido en una frase que refleja tanto el problema como el clamor popular por soluciones reales y humanas.