
NACIONES UNIDAS.- Haití se encuentra al borde del colapso total del Estado ante el creciente dominio territorial de las pandillas armadas y la persistente parálisis institucional en la capital, Puerto Príncipe, alertó este miércoles Miroslav Jenča, subsecretario general de Asuntos Políticos para América de la ONU.
Durante una sesión del Consejo de Seguridad dedicada a la crisis haitiana, Jenča sostuvo que la violencia criminal ha alcanzado niveles “alarmantes”, dejando a amplias zonas del país bajo control de bandas que operan con total impunidad. “Cuando visité Puerto Príncipe en enero, la ciudad ya estaba paralizada. Hoy, las pandillas han reforzado su control, acercando al país a un punto de no retorno”, advirtió.
Según cifras de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH), en los primeros meses de 2025 se han registrado más de 4,000 asesinatos, incluyendo al menos 465 mujeres y niños. Este dato representa un aumento del 24 % respecto al mismo periodo del año anterior. Además, la violencia ha provocado el desplazamiento de más de 1.3 millones de personas, la cifra más alta jamás registrada en la historia reciente del país.
Jenča destacó que las pandillas no solo han consolidado su poder en la capital, sino que ahora se expanden hacia el norte, como lo evidencian recientes ataques en La Chapelle, departamento Artibonite, donde unas 9,000 personas fueron desplazadas y una estación policial fue destruida.
Justicia paralela y violencia sexual como arma de guerra
La debilidad institucional ha llevado a muchas comunidades a recurrir a grupos de autodefensa, fenómeno que agrava la situación de derechos humanos. En los últimos tres meses, al menos 101 personas acusadas de colaborar con pandillas fueron ejecutadas extrajudicialmente por estos grupos.
La violencia sexual también se ha intensificado. Solo entre marzo y abril, la ONU documentó 364 incidentes de agresiones sexuales, con 378 víctimas, en su mayoría mujeres y niñas, usadas como instrumentos de terror por las bandas criminales.
Jenča subrayó que cualquier avance político será imposible sin una mejora sustancial en la seguridad y agradeció el trabajo de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), liderada por Kenia, que recientemente cumplió un año en el país. También lamentó la muerte de dos agentes de esa misión.
Ante la gravedad del contexto, el funcionario pidió aumentar las contribuciones al fondo fiduciario de la misión y respaldó la propuesta del Secretario General de establecer una oficina de apoyo logístico de la ONU. Asimismo, anunció una próxima revisión del mandato de BINUH para adaptarlo a las nuevas condiciones, proponiendo una estructura más reducida pero eficiente.
“Las decisiones que tomemos hoy serán menos costosas que las que tendremos que enfrentar si colapsa por completo la presencia estatal. No podemos fallarle a Haití en este momento crítico”, expresó Jenča con firmeza.
El mercado negro de armas se expande
Durante la misma sesión, la directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Ghada Waly, advirtió sobre el auge del mercado ilegal de armas y la participación de empresas de seguridad privada y grupos parapoliciales que, en ocasiones, colaboran con las pandillas.
Waly destacó que estos actores ilegales están generando una creciente demanda de armas de fuego y armamento militar, alimentando redes criminales cada vez más complejas.
La funcionaria explicó que la UNODC está entrenando a la Guardia Costera haitiana para combatir el tráfico de armas y drogas, y agradeció la cooperación de países vecinos como República Dominicana, Bahamas y Turcos y Caicos, cuyas autoridades han interceptado embarques ilícitos y detenido personas vinculadas al crimen organizado.
“Solo una acción regional sostenida, coordinada y firme puede cortar los flujos financieros y logísticos que alimentan la violencia en Haití”, concluyó Waly.