jueves, julio 3, 2025
Opinion

Una campaña maliciosa orquestada contra SENASA

Por Francisco Tavárez

Lo que se ha desatado en los últimos días no es un simple debate técnico sobre las finanzas de SENASA. Es, más bien, una campaña maliciosa, orquestada con fines políticos, que busca minar la credibilidad de una de las instituciones más nobles del Estado dominicano: el Seguro Nacional de Salud. Y lo más grave es que, en el intento de desacreditar al Gobierno, los verdaderos perjudicados son los sectores más pobres, aquellos que encuentran en SENASA su única garantía de acceso a salud digna.

Los ataques, disfrazados de “preocupación”, pretenden sembrar la idea de una supuesta crisis financiera. Pero como bien explicó el presidente Luis Abinader en su comparecencia semanal, SENASA no tiene déficit. Lo que existe es una necesidad de aporte adicional por parte del Estado para seguir garantizando una cobertura amplia y oportuna. Ese subsidio no es señal de debilidad, sino de compromiso.

Recordemos que el Régimen Subsidiado de SENASA atiende a más de cinco millones de dominicanos que no tienen cómo pagar una póliza privada. Se trata de madres solteras, trabajadores informales, envejecientes y personas con discapacidad que dependen del Estado para recibir atención médica. Decir que SENASA está quebrado, sin mostrar datos ni contexto, es lanzar un mensaje de pánico que no solo es falso, sino cruel.

Desde que asumió el poder, el presidente Abinader ha apostado por fortalecer el Sistema Dominicano de Seguridad Social, y en particular SENASA, ampliando su cobertura, aumentando las atenciones y destinando más recursos a su funcionamiento. ¿Es eso un desafío fiscal? Por supuesto. Pero ese es el deber de un Estado social y democrático: garantizar derechos, no recortar servicios.

Sí, existen irregularidades en el sistema, como en todo esquema de salud público o privado. Por eso se requiere más supervisión, más regulación, y un combate firme contra las prácticas abusivas de algunos proveedores. Pero es absolutamente irresponsable utilizar esos casos para deslegitimar todo el sistema.

El verdadero objetivo de esta campaña no es proteger a los pacientes, sino debilitar un logro tangible del gobierno actual: un SENASA fuerte, transparente y al servicio de la mayoría. Los adversarios del progreso siempre recurren al ruido cuando los hechos no les favorecen.

No permitamos que se juegue con la salud de los dominicanos. SENASA no está en crisis; está siendo atacado. Y defenderlo no es defender a un gobierno: es defender a los más pobres, a los olvidados, a los que ahora tienen un respaldo cuando más lo necesitan.

El presidente Abinader ha actuado con responsabilidad, reforzando el financiamiento necesario para que SENASA continúe cumpliendo su misión. Lo que se necesita hoy no es alarmismo, sino compromiso. Porque la salud no es un botín político, es un derecho humano. Y SENASA, con todos sus retos, es una conquista que merece ser protegida.

Lo que se ha desatado en los últimos días no es un simple debate técnico sobre las finanzas de SENASA. Es, más bien, una campaña maliciosa, orquestada con fines políticos, que busca minar la credibilidad de una de las instituciones más nobles del Estado dominicano: el Seguro Nacional de Salud. Y lo más grave es que, en el intento de desacreditar al Gobierno, los verdaderos perjudicados son los sectores más pobres, aquellos que encuentran en SENASA su única garantía de acceso a salud digna.

Los ataques, disfrazados de “preocupación”, pretenden sembrar la idea de una supuesta crisis financiera. Pero como bien explicó el presidente Luis Abinader en su comparecencia semanal, SENASA no tiene déficit. Lo que existe es una necesidad de aporte adicional por parte del Estado para seguir garantizando una cobertura amplia y oportuna. Ese subsidio no es señal de debilidad, sino de compromiso.

Recordemos que el Régimen Subsidiado de SENASA atiende a más de cinco millones de dominicanos que no tienen cómo pagar una póliza privada. Se trata de madres solteras, trabajadores informales, envejecientes y personas con discapacidad que dependen del Estado para recibir atención médica. Decir que SENASA está quebrado, sin mostrar datos ni contexto, es lanzar un mensaje de pánico que no solo es falso, sino cruel.

Desde que asumió el poder, el presidente Abinader ha apostado por fortalecer el Sistema Dominicano de Seguridad Social, y en particular SENASA, ampliando su cobertura, aumentando las atenciones y destinando más recursos a su funcionamiento. ¿Es eso un desafío fiscal? Por supuesto. Pero ese es el deber de un Estado social y democrático: garantizar derechos, no recortar servicios.

Sí, existen irregularidades en el sistema, como en todo esquema de salud público o privado. Por eso se requiere más supervisión, más regulación, y un combate firme contra las prácticas abusivas de algunos proveedores. Pero es absolutamente irresponsable utilizar esos casos para deslegitimar todo el sistema.