Hombre en silla de ruedas pide no rendirse jamás y motiva a los discapacitados a vivir plenamente

Por : Yojanny Hernandez
SANTO DOMINGO.-Personas con discapacidades psicomotoras y visuales compartieron este sábado emotivos testimonios de superación personal y social, demostrando que sus condiciones físicas lejos de ser un obstáculo, han sido un impulso para cambiar sus vidas y servir de inspiración a otros.
Uno de los testimonios más impactantes fue el de Leo Marcelino Durán, quien relató que hace tres décadas vivía atrapado en los vicios y la calle. Todo cambió cuando fue diagnosticado con una discapacidad psicomotora que le impidió volver a caminar. Esta condición, lejos de hundirlo, lo ayudó a reconectarse consigo mismo y abandonar el camino de la autodestrucción.
«Cuando vienen las crisis de dolor, no les doy cabida. Las echo a un lado», expresó Durán con firmeza.
Aunque no está incluido en el programa gubernamental de altos costos, recibe el apoyo constante de su madre y su hermano. No obstante, hace un llamado a las autoridades para que le otorguen una pensión que le permita cubrir los medicamentos que necesita.
Actualmente, Durán se dedica a impartir prácticas de baloncesto, demostrando que la discapacidad no lo ha limitado a nivel físico ni emocional. En un mensaje directo a quienes atraviesan situaciones similares, les instó a no rendirse: «No piensen en quitarse la vida. Siempre hay personas en peores condiciones que luchan día a día por vivir plenamente».
Con la misma fuerza de voluntad se expresó Lidia Arias, quien perdió la visión desde niña. Su ceguera no le ha impedido estudiar, emprender y capacitarse. Actualmente cursa la carrera de Psicología Educativa, convencida de que su experiencia de vida puede ser útil para ayudar a otros.
Ambos coinciden en un pedido claro al gobierno: mayor inclusión de personas con discapacidad en los programas sociales, educativos y laborales del país.
Estas historias reflejan que la verdadera discapacidad no está en el cuerpo, sino en la falta de oportunidades. Durán y Arias son prueba viva de que con determinación, apoyo y fe, es posible transformar la adversidad en un motor de vida y esperanza.