
Por Francisco Tavárez
Mientras algunos impulsan leyes para encarcelar a un padre por una pela, ¿quién responde por las niñas embarazadas, las familias destruidas y los abusos silenciados?
Actualmente, en República Dominicana, alrededor del 3% de los niños, niñas y adolescentes son víctimas de prácticas violentas dentro de sus propios hogares. Paralelamente, el 29% de las víctimas de delitos sexuales reportados son menores de edad, muchos de ellos forzados a mantener relaciones sexuales con turistas a cambio de dinero. Según datos de Unicef, el 45% de los adolescentes conoce al menos a un menor que ha pasado por esta terrible situación.
La inequidad de género también deja una marca profunda. Las niñas y adolescentes enfrentan mayores riesgos que los varones de su misma edad. Una de cada 20 adolescentes entre 15 y 19 años ha sido víctima de violencia sexual. ¿Dónde están las leyes para protegerlas?
Otro dato alarmante es que el 37% de las adolescentes dominicanas contrae matrimonio antes de los 18 años, y un 11.6% lo hace siendo aún menores de 15. Estas cifras se agravan en los sectores más vulnerables, donde la falta de oportunidades y un entorno desfavorable empujan a muchas jóvenes a caminos sin retorno.
No se trata de promover la violencia en el hogar. Pero tampoco podemos permitir que se use el discurso de la protección infantil para desviar la atención de las verdaderas urgencias.
La verdadera justicia protege, escucha y actúa.