Redacción. -El régimen de Nicolás Maduro se prepara para aplicar un aumento sustancial del precio de la gasolina subsidiada en todo el país, en lo que sería un intento de compensar la caída de ingresos provocada por la salida de empresas petroleras extranjeras como Chevron, según fuentes con conocimiento directo del tema.
Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) tiene previsto triplicar el precio de venta del combustible subsidiado, que pasaría de 0,25 a 0,75 dólares por litro. El nuevo monto, según los informantes, ya ha sido notificado a operadores privados en algunas regiones, aunque su implementación quedará supeditada a un anuncio oficial y su publicación en la Gaceta Oficial.
El ajuste se produce pocas semanas después de que la administración de Donald Trump decidiera revocar las licencias que permitían a varias compañías extranjeras, entre ellas Chevron, mantener operaciones en Venezuela. La medida, inscrita en la política de sanciones de Washington, respondió a la caracterización del régimen de Maduro como una “amenaza extraordinaria” para la seguridad nacional de Estados Unidos.
En el contexto actual, el país mantiene un sistema de distribución de combustible doble. Por un lado, una cuota subsidiada a través del sistema Patria que entrega mensualmente 120 litros a propietarios de automóviles y 60 litros a motociclistas, y por otro, una oferta a precio internacional de 0,50 dólares por litro. La gasolina subsidiada, con un subsidio del 95%, se cobra en bolívares a la tasa oficial del Banco Central, con un costo mensual de unos 3 dólares para los beneficiarios.
Mientras se gesta el incremento de precios, Pdvsa ha buscado alternativas para sostener su flujo de caja. La misma agencia Bloomberg, dijo la semana pasada que la empresa petrolera firmó al menos nueve contratos con proveedores de servicios extranjeros, entre ellos dos petroleras chinas. Los acuerdos buscan llenar el vacío que dejó la salida de Chevron, cuya licencia expiró a principios de abril. La empresa estadounidense, que aportaba cerca del 23% de la producción total de crudo en el país, concluyó sus operaciones el 27 de mayo.
El repliegue de Chevron se suma al de otras compañías norteamericanas como Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford, todas ellas obligadas a cesar actividades a inicios de mayo.
En respuesta, Caracas ha promovido un nuevo esquema contractual. Las empresas extranjeras involucradas podrán operar pozos ya perforados y tendrán derechos exclusivos sobre la comercialización del petróleo extraído, un cambio significativo respecto al modelo tradicional venezolano en el que Pdvsa mantenía el control absoluto sobre las ventas.
Cada compañía tendrá asignado al menos un bloque en el estado Zulia o en la Faja Petrolífera del Orinoco, las dos principales regiones productoras del país. Según los términos revelados, estas empresas estarían exentas de ciertos impuestos y asumirían la totalidad de las operaciones productivas, así como su parte correspondiente de las ventas. A su vez, Pdvsa conservaría al menos el 50% de la producción y financiaría su parte de las inversiones con petróleo, en lugar de dinero.
“Pdvsa tiene un plan para producir petróleo a pesar de las medidas coercitivas unilaterales de EEUU”, declaró el 29 de mayo la vicepresidenta y ministra de Petróleo, Delcy Rodríguez.
Las condiciones específicas de los contratos, mantenidas en reserva por tratarse de documentos privados, fueron compartidas por personas que pidieron el anonimato.
El aumento del precio de la gasolina si se concreta marcaría un nuevo capítulo en la progresiva liberalización del mercado interno de combustibles, una tendencia que Maduro ha promovido de manera intermitente ante las dificultades financieras del Estado ocasionadas por las políticas del modelo chavista. A falta de producción nacional suficiente, el país importa volúmenes significativos de combustible, en su mayoría desde Irán, lo que ha convertido al abastecimiento de gasolina en un punto crítico de presión económica y política.