Redacción.- Cada 22 de junio, una efeméride tan atípica como polémica gana espacio en redes y medios de comunicación: el Día Mundial de las Mujeres sin Ropa Interior, o No Panty Day. Lo que empezó como una simple campaña en redes sociales se ha convertido, para muchas, en una jornada simbólica de liberación femenina… y para otras, en una práctica innecesaria o cuestionable.
El origen de esta curiosa celebración se remonta a 2012, cuando un grupo de usuarias de Facebook lanzó una propuesta que llamó la atención de miles de mujeres: pasar un día completo sin usar ropa interior como forma de romper con normas sociales impuestas.
Lo que parecía una simple provocación tomó fuerza en distintos países y terminó consolidándose como una efeméride con gran presencia en medios y plataformas digitales. La fecha no fue elegida al azar: coincide con la llegada del solsticio de verano en el hemisferio norte, marcando el inicio de los días más calurosos del año.
¿Liberación o provocación? Las opiniones están divididas
Para muchas mujeres, esta jornada representa una forma de reconectar con su cuerpo, romper con lo establecido y ejercer una forma sutil de protesta contra los convencionalismos de género. Es, aseguran, un gesto de empoderamiento, libertad corporal y desafío a la hipersexualización del cuerpo femenino.
No obstante, no todos comparten esa visión. Algunos sectores critican la efeméride por considerarla innecesaria, poco higiénica o carente de una causa de fondo. Para otros, banaliza la lucha por los derechos de las mujeres al convertir un acto cotidiano en una supuesta manifestación de rebeldía.
Una prenda, múltiples nombres
El debate cultural también se traslada al lenguaje. En distintos países hispanohablantes, la ropa interior femenina adopta diferentes nombres:
- En España se habla de bragas o tangas.
- En Estados Unidos y República Dominicana, se usa panties.
- En Venezuela, se dice pantaletas, tanga o hilo dental.
- En México, Bolivia, Costa Rica y Chile, son calzones o chones.
- En Cuba, se les llama blúmer.
- En Argentina, Uruguay y Paraguay, el término es bombachas.
Esta diversidad terminológica refleja también la multiplicidad de visiones culturales respecto al cuerpo, la intimidad y las costumbres.
Más allá del atrevimiento: una cuestión de conciencia
Participar del No Panty Day no implica ignorar la importancia de la higiene ni del contexto. Quienes decidan sumarse deben hacerlo con criterio, respetando tanto su entorno como su salud personal. No se trata de una imposición, sino de una elección individual.
En ese sentido, la efeméride también plantea un llamado a la tolerancia: no se trata de juzgar quién lo celebra o quién no, sino de aceptar que existen distintas formas de expresión y protesta, incluso cuando se materializan en gestos tan íntimos como no usar una prenda.
¿Moda, capricho o símbolo?
El Día Mundial de las Mujeres sin Ropa Interior continúa generando debate. Para algunos, se trata de una trivialidad convertida en tendencia. Para otros, es una manera (irreverente pero válida) de hablar sobre autonomía corporal, confort, y el derecho a decidir incluso sobre los detalles más íntimos.
Lo cierto es que, sea cual sea la postura, esta fecha sigue ganando notoriedad cada año. Y aunque el No Panty Day no tenga aún reconocimiento oficial por parte de organismos internacionales, su existencia en la conversación pública ya es una prueba de su impacto cultural.
